domingo, 19 de julio de 2009

El juego ha constituido un conjunto de actividades que implicaron placer, alegría, ocupación del ocio, también deporte.
El juego es una necesidad fisiológica y sociológica en los niños, tan necesaria como el comer o el dormir. Es una manera de relajar su tensión. Quien de pequeño no juega con sus amig@s, difícilmente será un niño sociable que se comporte y acepte reglas sociales de mayor.
Los juegos son fiel reflejo de cada sociedad. El juego constituye la actividad propia para la construcción de la personalidad, ya que le permite satisfacer necesidades de acción y expresión, además de ayudarle en el desarrollo de facultades físicas y anímicas. Posibilita el orden afectivo, moral y social. Con su práctica, el niño alcanza habilidades psicomotrices como la agilidad, el equilibrio, la rapidez de reflejos. Jugar es señal evidente de salud, no sólo física sino también mental. Como consecuencia de todo ello, el juego contiene importantes valores educativos y morales.

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